Los niños con algún progenitor alérgico cuentan con el doble de posibilidades de desarrollar una alergia alimentaria, que aquellos niños cuyos padres no la padecen. Si ambos progenitores son alérgicos, la probabilidad es de 4 a 6 veces mayor.
Los niños con algún progenitor alérgico cuentan con el doble de posibilidades de desarrollar una alergia alimentaria, que aquellos niños cuyos padres no la padecen. Si ambos progenitores son alérgicos, la probabilidad es de 4 a 6 veces mayor.